La próxima MacBook Air de Apple será más pequeña que el modelo actual, pero mantendrá la pantalla de 13 pulgadas debido a la reducción de los marcos, según informaron a Bloomberg fuentes cercanas a estos planes.
Además de ser más fina y ligera, la compañía tecnológica la actualizará con la próxima generación del procesador propio y la tecnología de carga con el sistema magnético MagSafe, que precisamente fue retirado de Macbook Air en el modelo de 2018. ¿Su principal ventaja? Si alguien se engancha con el cable se “despega”, sin riesgo para la integridad del dispositivo. Se espera que la computadora tenga también dos puertos USB 4.
Esta nueva MacBook Air llegaría al mercado a finales de este año o como muy tarde a principios del próximo. Junto a este equipo, Apple actualizará la MacBook Pro, también con procesadores propios, el chip M1, y con la reintroducción de la ranura SD, que la compañía retiró en 2016.
Reparación gratuita de un modelo de MacBook Pro
Apple anunció en mayo de 2019 un programa para reparar de forma gratuita la pantalla de una serie de dispositivos MacBook Pro de 13 pulgadas que mostraban problemas con la retroiluminación. La marca lo amplió a un año más.
Es válido para los dispositivos que cumplan los requisitos “durante un periodo de cinco años a partir de la fecha de venta original de la unidad o de tres años desde la fecha de inicio de este programa, lo que dure más”. Anteriormente, estaba disponible para un máximo de cuatro años tras la compra.
Apple anunció en mayo de 2019 que se haría cargo de los gastos de reparación de los MacBook Pro de 13 pulgadas posteriores a 2016 que presentasen una serie de problemas identificados con la retroiluminación de la pantalla: que la retroiluminación muestre áreas verticales brillantes en la parte inferior de la pantalla o que la retroiluminación directamente no funcione.
El programa de reparación solamente incluye a las MacBook Pro de 13 pulgadas de 2016 con cuatro puertos Thunderbolt 3 y el mismo modelo con dos puertos Thunderbolt 3, que se hayan vendido entre octubre de 2016 y febrero de 2018.
El problema de la retroiluminación se encuentra en los cables flexibles de unión entre el teclado y la pantalla, que son más delgados y frágiles con el fin de hacer el equipo lo más ligero posible y, además, vienen enrollados alrededor de una bisagra que los desgasta cada vez que se abre y cierra la pantalla.
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