Coronel, arrestada el lunes en el estado de Virginia, en las afueras de Washington, enfrenta una pena mínima de 10 años de cárcel y una máxima de cadena perpetua, además de una posible multa de 10 millones de dólares, si es declarada culpable del cargo criminal en su contra.
Así lo explicó este martes la jueza Robin Meriweather, del tribunal federal del Distrito de Columbia, durante la primera audiencia sobre el caso, que Coronel escuchó de forma remota desde una celda en el centro de detención donde se encuentra, en Virginia.
A través de una intérprete en español, la jueza recordó a Coronel que hay una denuncia penal en su contra por la que Estados Unidos la acusa de «conspiración para distribuir un kilogramo o más de heroína, cinco kilogramos o más de cocaína, 1.000 kilogramos o más de marihuana y 500 gramos o más de metanfetaminas».
Además de conspirar para la «importación ilegal a Estados Unidos» de esas drogas, las autoridades estadounidenses la acusan de «ayudar e incentivar» las actividades del cártel de Sinaloa, que lideraba el Chapo», precisó la jueza.
El fiscal estadounidense que lleva el caso, Anthony Nardozzi, pidió durante la audiencia que se mantuviera detenida a Coronel a la espera de su juicio y sin posibilidad de fianza, al considerar que existe un «riesgo grave de fuga».
«La acusada tiene acceso a socios criminales que son miembros del cártel de Sinaloa, así como medios financieros que implican que presenta un riesgo grave de fuga. Además, no tiene ningún vínculo directo con la zona de Washington DC», donde se encuentra detenida, alegó Nardozzi.
Los abogados de Coronel accedieron a la petición de la Fiscalía, aunque se reservaron el derecho a presentar un paquete de fianza en el futuro, y la esposa del Chapo quedó detenida a la espera de la próxima audiencia en su caso.
La jueza propuso que esa nueva audiencia se programara para dentro de dos semanas, pero los abogados de Coronel respondieron que podrían necesitar más tiempo para prepararse, y sugirieron negociar con la Fiscalía para acordar una fecha aún por determinar.
La defensa la encabeza Jeffrey Lichtman, que fue uno de los principales abogados del Chapo durante su juicio hace dos años en Nueva York, y que contará con la ayuda Mariel Colón, una abogada que también defendió al famoso capo y se convirtió durante el proceso en confidente de Coronel.
La esposa del Chapo apenas habló durante la audiencia, más allá de responder con monosílabos a las preguntas de la jueza sobre su capacidad para seguir el proceso y conocer sus derechos, y únicamente confirmó al final: «Todo lo entendí muy bien, gracias».
Coronel, de 31 años y con doble nacionalidad mexicana y estadounidense, fue detenida este lunes en el aeropuerto internacional de Dulles (Virginia).
La acusada, que tiene dos hijas gemelas con el Chapo, atrajo atención mediática cuando acompañó a su marido durante su juicio en Nueva York, que terminó en 2019 con una condena a cadena perpetua que el famoso narcotraficante mexicano cumple ahora en Colorado (EE.UU.).
Además de su presunta conspiración para el narcotráfico, Estados Unidos considera que Coronel «conspiró con otros para ayudar a Guzmán en su escapatoria del 11 de julio de 2015 de la prisión del Altiplano, localizada en Almoloya de Juárez, en México», según el Departamento de Justicia.
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