Con su proyecto de ley, el gobierno quiere evitar que los universitarios pierdan sus empleos por haber expresado posiciones controvertidas, pero también impedir que las presiones estudiantiles conduzcan a la anulación de oradores invitados a conferencias.
“Estoy preocupado por el efecto paralizador en los campos universitarios de una censura y un silencio inaceptables”, declaró el martes el ministro de Educación Gavin Williamson.
“Debemos reforzar la libertad de expresión en la enseñanza superior (…) velando por que se adopten medidas enérgicas en caso de violación”, agregó.
El gobierno considera la posibilidad de nombrar a un “defensor de la libertad de expresión” para que investigue los casos de violación de esta.
“La libertad de expresión es el corazón de nuestra democracia” , dijo el primer ministro Boris Johnson en Twitter.
“Es justo —agregó— que nuestras grandes universidades, lugares históricos de la libertad de pensamiento, vean ahora esta libertad protegida y reforzada por medidas jurídicas más sólidas” .
Estas propuestas fueron bien acogidas por un grupo de investigadores en el diario conservador The Times. “En los últimos años, demasiados académicos han sido marginados porque tienen opiniones poco ortodoxas sobre cuestiones como el género, el Brexit y el legado del imperio” británico, se lee en su carta abierta.
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