Lee, conocido por su modo de vida solitario, estaba en cama desde que sufrió un accidente cardiovascular en el 2014. Pocas informaciones habían filtrado sobre su salud, lo que rodeó su existencia de un halo de misterio hasta sus últimos días.
“Con gran tristeza anunciamos la muerte de Lee Kun-hee, presidente de Samsung Electronics”, anunció el grupo en un comunicado. “El presidente Lee falleció el 25 de octubre acompañado de su familia, incluido el vicepresidente Jay Y. Lee”, señala el comunicado.
“El presidente Lee fue un verdadero visionario que ha transformado Samsung, convirtiéndola de una empresa local en líder mundial de la innovación y del poderío industrial”, recuerda la empresa que agrega que “su herencia será indeleble”. Samsung es de lejos el mayor conglomerado familiar (“chaebols”) de Corea del Sur, 12ª economía mundial
Relaciones opacas
Estos conglomerados ayudaron al espectacular desarrollo económico del país, tras la Guerra de Corea, pero están hoy acusados de relaciones opacas con el poder político y de apartar a cualquier grupo que suponga una competencia. El propio Lee había sido reconocido culpable de corrupción en 1996 y de corrupción y evasión fiscal en el 2008, pero escapó a la cárcel ya que fue condenado con suspensión de pena.
Cuando heredó la presidencia del grupo Samsung en 1987, fundado por su padre, un exportador de fruta y pescado, la empresa ya era el mayor conglomerado del país, con un sector de actividades que abarcaba desde la electrónica hasta la construcción. Lee se dedicó a concentrar la actividad de la empresa para convertirla en un grupo de dimensión internacional.
Hoy la empresa es también un actor mundial de primer orden en el ámbito de los semiconductores y de las pantallas LCD. Lee Kun-hee se aventuraba rara vez lejos de los altos muros de su residencia privada en el centro de Seúl, lo que le valió el apodo de «rey ermita. El vicepresidente, su hijo Lee Jae-yong, está al frente de la multinacional desde que Lee sufriera la crisis cardíaca del 2014.
Lee Jae-yong fue condenado a cinco años de cárcel en el 2017 tras haber sido reconocido culpable de corrupción y otros delitos relacionados con el antiguo presidente Park Geun-hye, aunque después fue absuelto de las acusaciones más graves en apelación y liberado un año después. Este caso está todavía en curso.
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