La sonda Osiris-Rex recogió las muestras el pasado martes, pero se estaba a la espera de que se confirmase si se habían alcanzado los 60 gramos que se habían marcado como objetivo mínimo.
En un comunicado, la NASA confirmó que pudo comprobar a través de imágenes enviadas por la sonda que el recolector de muestras está lleno y que lo recogido es «más que suficiente».
De hecho, detalló que se están perdiendo lentamente algunas partículas debido a que piezas más grandes no han permitido que el recolector se selle del todo.
Es por ese motivo que la NASA anunció que cancela la prueba que tenía que hacer este fin de semana para medir el tamaño de la muestra y que ahora procederá a almacenarla directamente para que no se pierda más.
«Aunque es posible que tengamos que movernos más rápido para almacenar la muestra, no es un problema grave. Estamos muy emocionados de ver lo que parece ser una muestra abundante», dijo el administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, Thomas Zurbuchen.
Bennu se encuentra a más de 320 millones de kilómetros de la Tierra y la sonda llegó al asteroide tras un trayecto de más de cuatro años, ya que fue lanzada en setiembre de 2016 de Cabo Cañaveral.
La Osiris-Rex llegó a Bennu el 3 de diciembre de 2018 y empezó a orbitar el asteroide el 31 de ese mismo mes.
Este martes la sonda contactó con el asteroide y arrojó nitrógeno comprimido sobre su superficie para levantar polvo y grava para recogerla para la muestra.
La NASA destacó entonces que el asteroide Bennu «ofrece a los científicos una ventana al sistema solar primitivo, ya que empezó a tomar forma por primera vez hace miles de millones de años y arroja ingredientes que podrían haber ayudado a sembrar la vida en la Tierra».
Si la misión se confirma exitosa, en marzo de 2021 -la próxima vez que Bennu se alinee con la Tierra de forma adecuada- la Osiris-Rex emprenderá su vuelta.
Su aterrizaje en paracaídas está previsto para el 24 de setiembre de 2024 en el desierto de Utah.
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