La opinión del juez no se comunicó, por lo que se desconoce por qué decidió tomar esa decisión. El gobierno de Trump buscaba prohibir nuevas descargas de la aplicación a partir de la medianoche (4:00 GMT del lunes), y que los actuales usuarios estadounidenses tuvieran acceso únicamente hasta el 12 de noviembre.
El juez rechazó la petición de TikTok de suspender la prohibición del 12 de noviembre. En una audiencia telefónica de domingo poco usual, Nichols escuchó a los abogados de TikTok, propiedad de la empresa china ByteDance, argumentar sobre la libertad de expresión y la seguridad nacional. Para el abogado John Hall, una prohibición sería “punitiva” y cerraría un foro público utilizado por decenas de millones de estadounidenses.
En un documento presentado antes de la audiencia, los abogados de TikTok dijeron que la prohibición era “arbitraria y caprichosa” y que “socavaría la seguridad de los datos” al bloquear las actualizaciones y correcciones de la aplicación utilizada por unos 100 millones de estadounidenses.
La empresa también dijo que la prohibición era innecesaria porque ya se estaban llevando a cabo negociaciones para reestructurar la propiedad de TikTok a fin de abordar las cuestiones de seguridad nacional planteadas por el gobierno.
Los abogados gubernamentales argumentaron que el presidente tiene derecho a tomar medidas de seguridad nacional, y dijeron que la prohibición era necesaria debido a los vínculos de TikTok con el gobierno chino a través de ByteDance.
Un informe del gobierno calificó a ByteDance de “portavoz” del Partido Comunista Chino, argumentando que estaba “comprometido a promover la agenda y los mensajes” del partido. “El presidente determinó que la capacidad (de China) de controlar estos datos representaba una amenaza inaceptable para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”, argumentó el gobierno en su presentación.
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