India, segundo país más poblado del planeta, registró el lunes 4,2 millones de contagios desde que empezó la crisis sanitaria, frente a los 4,12 millones en Brasil y los 6,25 millones en Estados Unidos, según un recuento de la AFP a partir de cifras oficiales. India contabiliza además más de 71.000 fallecidos, frente a los 188.540 de Estados Unidos y los más de 126.000 de Brasil.
Según el virólogo Shahid Jameel, de Wellcome Trust/DBT India Alliance, preocupa el ritmo “bastante alarmante” del aumento de los contagios. “En las últimas dos semanas, el promedio ha aumentado de unos 65.000 a 83.000 casos diarios, un aumento de aproximadamente el 27% en dos semanas y de 2% por día”, dijo Jameel a la AFP. Pese a ello, el metro de las grandes ciudades indias, incluidas Bombay y la capital, Nueva Delhi, una megalópolis de 21 millones de habitantes, reanudó su servicio el lunes después de meses de cierre.
En todo el mundo, la epidemia mató a más de 880.000 personas desde finales de diciembre e infectó a cerca de 27 millones, según un recuento de AFP a partir de cifras oficiales. América Latina y el Caribe es la región más castigada del mundo con casi 290.000 fallecidos y más de 7,7 millones de contagios.
El domingo, Ecuador reportó el domingo 10.524 muertos desde el inicio de la epidemia al modificar la metodología oficial de recuento. Y Bolivia, debido a problemas de comunicación entre regiones, también informó de un aumento en su balance global de fallecidos por COVID-19, que quedó situado en más de 7.000 desde inicio de la pandemia.
En Perú, que tiene la mayor tasa de mortalidad del mundo con 90 decesos por cada 100.000 habitantes, el Ministerio de Salud dijo medio millón de personas ha vencido totalmente al nuevo coronavirus tras haberse contagiado desde marzo. Hasta ahora se registran 683.702 casos confirmados de coronavirus en el país andino, con 29.687 muertos.
Aún así sigue la vigilancia y las restricciones, que hicieron que los novios invitados y el pastor evangélico que celebraban una boda en la ciudad de Huancayo, en el centro del país, fueran detenidos por no haber respetado las normas, que prohíben reuniones de gente tan numerosas, informó la policía.
En Brasil, miles de personas, una parte de ellas sin mascarilla de protección, se congregaron en las famosas playas de Río de Janeiro durante el fin de semana pese a que las autoridades solo permitían que las personas tomaran un baño, sin instalarse en la arena. “Miedo tenemos, pero la felicidad de estar aquí en la playa es más fuerte”, decía Mateus da Silva, de 24 años, quien iba sin mascarilla.
Tras varios meses en una meseta con un promedio diario de más de mil muertos, el gigante sudamericano registra desde fines de agosto una leve disminución y computó en la última semana una media de 869 muertes y unos 40.000 contagios cada día. El Ministerio de Salud afirma que los números muestran una “caída” en la curva, pero los especialistas independientes sostienen que la mejora todavía es “muy tímida” y “muy reciente”.
En países donde la epidemia parecía haber perdido fuerza, están aumentado de nuevo las infecciones, especialmente en Europa, donde los ciudadanos regresan a las escuelas, la universidad y al trabajo. El domingo, el Reino Unido registró cerca de 3.000 nuevos casos, una cifra sin precedentes desde finales de mayo. “El aumento es preocupante”, admitió a Sky News el ministro de Salud, Matt Hancock.
La epidemia también está ganando terreno en Francia con casi 25.000 nuevos casos en tres días. En España, donde las escuelas están reabriendo a pesar del fuerte aumento de número de casos, muchos padres se niegan a enviar a sus hijos de regreso a las clases, a pesar de la amenaza de sanciones.
“Para aprender, tienes toda la vida, pero salud solo hay una”, afirma Aroa Miranda, una desempleada de 37 años y madre de dos niños de 8 y 3 años, que no los enviará a la escuela esta semana en Castellón de la Plana (este). En Japón, y a pesar de la incertidumbre sanitaria, el vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI), John Coates, dijo el lunes que los Juegos de Tokio, aplazados a julio del 2021, se celebrarán el año que viene, “con o sin” coronavirus.
“Serán los juegos que habrán conquistado al COVID, la luz al final del túnel”, afirmó a la AFP. Pero las fronteras de Japón siguen en gran parte cerradas a los extranjeros y muchos expertos dudan de que la pandemia esté bajo control el año que viene. Además, según varias encuestas, la mayoría de japoneses quieren otro aplazamiento de los juegos o directamente sean anulados.
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