La destrucción del hábitat se debe a la construcción de represas y una recogida excesiva de agua de los ríos para la agricultura, así como la tala de árboles, el desarrollo urbano y los ataques de perros y zorros, según el informe de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, siglas en inglés).
Los peores declives se localizaron en los lugares en los que se modificaron los cauces de los sistemas fluviales como la cuenca del Murray-Darling, que abarca casi un 15% del territorio de la nación oceánica y es donde se cultiva un tercio de los alimentos del país.
La investigación de la UNSW, realizada en conjunto con la Fundación Australiana para la Conservación y otras organizaciones ambientalistas, concluyó que este animal debe ser incluido en la lista de especies amenazadas de Australia.
El ornitorrinco, también conocido como platipo, es un animal semiacuático monotrema, es decir, un mamífero que conserva características reptiles como la reproducción ovípara, que vive en los ríos y tiene hábitos nocturnos y que habita en el este de Australia y la isla de Tasmania (sur del país).
El estudio indica que las zonas de observación de los ornitorrincos se redujeron un 32% en Nueva Gales del Sur, un 27% en Queensland y un 7% en Victoria.
Asimismo, los ornitorrincos también se quedan atrapados en las trampas de los pescadores para atrapar peces y crustáceos, y además estos animales únicos de Australia son víctimas de las sequías y los incendios causados por el cambio climático.
«Hay una gran preocupación por que las poblaciones de los ornitorrincos desaparezcan para siempre de algunos ríos si estos siguen degradándose con las sequías y las represas», dijo Richard Kingsford, experto de la UNSW y autor principal del informe.
El ornitorrinco, que registra un descenso en su población desde la colonización británica del país a finales del siglo XVIII, es considerado uno de los mamíferos más primitivos desde el punto de vista evolutivo.
Esta especie llegó por primera vez al Museo de Historia Natural de Londres en 1799, pero ante un animal con piel de topo, cola de castor, patas de rana, espolón de gallo, pico de pato y dientes, el doctor británico George Shaw lo consideró inicialmente un fraude, pues no daba crédito a la existencia de algo tan sorprendente.
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